EL PROYECTO
- Katherin Galeano
- 23 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 nov 2018
Por: Katherin Galeano
Este proyecto de investigación surge de algunas inquietudes suscitadas a partir de la revisión del álbum de niños Hidalgos de la empresa tabacalera Coltabaco que se encuentra en la Biblioteca Luis Ángel Arango de la ciudad de Bogotá. Dicho álbum hacía parte de una de las múltiples estrategias publicitarias de la empresa durante la primera mitad del siglo XX, que consistía en que las cajetillas de cigarrillos llevaban dentro láminas de 5x6 centímetros que las personas coleccionaban. Existían distintas series de láminas, algunas retrataban personajes políticos, otras retrataban médicos, mujeres hermosas, paisajes nacionales emblemáticos e infantes.
Llama la atención que se haya dedicado un álbum de aproximadamente cien láminas exclusivamente para presentar retratos de niños y niñas bogotanos y antioqueños, lo que lleva a la pregunta que orientó la presente investigación: ¿cómo es que la infancia adquirió la relevancia suficiente para que una empresa de la importancia de Coltabaco desarrollara una estrategia publicitaria con retratos de niños y niñas? A partir de ella se fueron configurando preguntas más complejas como ¿qué representaban los retratos de niños y niñas bogotanos y antioqueños en el contexto político y social de la primera mitad del siglo XX?, ¿qué tipos de niños y niñas eran retratados y por qué no otros y otras?, ¿qué discursos sobre la infancia se encontraban implícitos en esos retratos?, ¿cómo se articulan las representaciones de la infancia con conceptos como modernidad, progreso y nación?, ¿qué papel jugó la publicidad en la reproducción de estas representaciones de la infancia?
En este orden de ideas, el álbum de los niños hidalgos es una ventana para indagar por las representaciones de la infancia en la primera mitad del siglo XX y las relaciones que existen entre las preocupaciones y deseos que se experimentaban en la época. Como se expondrá en el texto, los inicios del siglo XX marcan una transformación en las sensibilidades frente a la infancia, los niños y niñas, antes considerados adultos pequeños, empezaron a ser vistos como sujetos frágiles, que necesitaban protección y cuidados especiales. Esta nueva percepción de la infancia contribuyó a la conformación de campos de saber especializados en el cuidado de los niños y niñas como la paidología, la puericultura y la pediatría, rastreadas también en la legislación, en la creación de institutos y organizaciones de caridad, y en la publicidad.
La nueva sensibilidad frente a los niños y niñas se relaciona directamente con ideas que estaban circulando en el periodo entre las que se destaca la importancia de la población del país para progresar. Las élites políticas e intelectuales estaban empeñadas en este proyecto nacional, asumieron ideas de progreso a partir de la adopción de modelos estadounidenses y europeos y la inserción al sistema capitalista internacional. Lo anterior solo se lograría en la medida en que el país contara con una población capaz de producir. En este sentido, los niños y niñas empezaron a ser vistos como los hombres y mujeres del futuro, como el capital humano para el progreso, en consecuencia, debían ser protegidos tanto física, como intelectual y moralmente.
Por otra parte, influenciaron esta transformación los discursos sobre la degeneración de la raza, según los cuales los colombianos tenían una tendencia biológica hacia la inferioridad, que se veía acentuada por la mezcla racial y las condiciones de inmoralidad. Las posiciones menos extremistas de este debate argumentaban que era posible la regeneración por medio de la educación y la higienización, estrategias de intervención que privilegiaban a los niños y niñas, que se convirtieron en la esperanza de la nación.
Como se verá, la publicidad y particularmente el álbum de láminas de Coltabaco, logra capturar las ideas sobre la infancia que se encontraban en circulación. No todos los niños y niñas eran dignos de ser retratados, todos eran hijos de las élites bogotana y antioqueña, no eran racializados, pobres, campesinos o con algún tipo de discapacidad. Los niños y niñas retratados en las láminas eran la infancia deseada, prototipos que debían imitarse, eran niños blancos, sanos, higiénicos, urbanos, bien vestidos y peinados.
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